sábado, 20 de junio de 2009

Entrevista a Tomás Ortiz V

Entrevista sobre Tu Otra Mitad:

- ¿Qué razón le darías a los lectores para animarles a leerse Tu otra mitad?

Temo ser poco original porque es lo que siempre respondo, pero es la verdad: todo aquel que haya intentado cambiar algo de sí mismo para agradar a quien ama se sentirá muy identificado; pero también quien haya luchado con uñas y dientes para conseguir ser quien quiere ser.

- ¿La calle Princesa de Madrid tiene para tí algo en especial?
Durante mi etapa de universitario, pasé mucho tiempo por esa zona: bares, pisos de amigos, fiestas, paseos... Me gusta ubicar a mis personajes en lugares que conozco bien, eso me hace sentir cómodo y que los personajes también lo estén.

- ¿Las empresas viven de la publicidad?
Las empresas de servicios sobreviven gracias a la publicidad: sea pagada o simplemente el boca-boca. Y uno de los pilares de una buena promoción es que la atención sea agradable. Y no digo más.

- ¿Cuándo un estudio deja de ser un hogar?
Quise elaborar una metáfora sencilla sobre la opresión metafísica que puede crear un espacio reducido. Siempre digo que el hogar está donde está la persona amada, pero a veces un sentimiento es tan grande que no puede crecer en espacios cerrados. Cuando Rafa se queda solo en el estudio y siente cómo cae el ocaso sobre su cuerpo y sobre las baldosas, cree que el apartamento es gigantesco: gigantesco era el amor que lo unía a Jorge; al marcharse, deja un hueco tan grande que hasta una caja de cerillas podría parecer inmensa.

- ¿Crees en el destino?
Creo en las casualidades, aunque no pienso que exista "una diosa Fortuna que hila fino". Esa idea es recurrente en la novela, y a veces es tan repetida que parece burlona. Quise hacer del elemento de predestinación algo exagerado para explicar que cuando elegimos a esa persona especial y no entendemos qué nos une a ella, lo mejor es hablar de destino y no buscar un motivo racional. A veces la razón nos confunde.

- ¿La ignorancia es un delito?
La ignorancia, entendida como inocencia, es lo más cercano que los adultos podemos estar de la ternura, esa ternura infantil que nos empeñamos en ocultar y que rechazamos en los demás. El delito es ser tan presuntuoso como para creerse que se conoce todo.

- ¿Pondrías una tienda de jabones?
Sí, por qué no. El olor de las jabonerías siempre me ha fascinado.

- ¿Te gusta la novela francesa sobre la nobleza del antiguo régimen?
Prefiero el ensayo. He leído bastantes tratados sobre la época, me parece que es un periodo en el que la realidad superó a la ficción sin ningún género de dudas. Rafa, tan radical en sus convicciones, es un fanático de los monarcas (y sobre todo de las consortes) del antiguo régimen, y no duda en desear que resucite el absolutismo para revivir los excesos de aquellos reyes. No comparto esa opinión, claro, pero me pareció una manera divertida de definir el extravagante gusto del personaje por lo grotesco.

- ¿Hacerlo en un parque es una de tus fantasías?
¿Y quién dice que es una fantasía? (Risas) Aclaro que en esta novela no hay ninguna escena erótica en el parque, sólo un deseo. Yo sigo viéndolo como una metáfora de ese acto público de amor, en el que hasta la naturaleza es testigo de lo que sucede en el corazón.

- ¿Qué sentimientos quieres transmitir a los lectores con Tu otra mitad?
Que cualquier esfuerzo es poco para luchar por lo que uno anhela. Que no hay que empeñarse en buscar a alguien afín a nosotros, sino a alguien que sea complementario, que sea "la otra mitad". Que el mundo sería mucho mejor si todos fuésemos sinceros con nosotros mismos y buscáramos nuestro lugar sin pisotear a los demás.

- ¿Cuál es el refrán de los que aparecen en el relato que más utilizas?
Uy, me has pillado. Yo es que soy muy refranero, y algunos incluso me los invento.

- ¿Con que personaje guardas más facetas en común?
Todos tienen algo de mí, aunque sea un gesto, una actitud, una opinión. La timidez de Jorge, la coraza que Rafa siempre lleva puesta para evitar que le hagan daño, el rencor de Mónica, los prejuicios del narrador...

- ¿Qué significado tienen las citas bíblicas en tu novela?
Es una novela sobre una pasión amorosa, pero también una pasión en el sentido cristológico: un personaje se siente señalado, padece sufrimientos, muere y resucita. No tiene nada que ver con la religión, es puramente simbólico. No en vano, la Biblia es la novela de ficción más leída.

- ¿Prefieres ser el estafador o estafado?
¿Ves? Ese es uno de los puntos en el que me siento identificado con Rafa: en la vida es tan culpable el que estafa como el que, movido por la codicia, se deja estafar. Y no me refiero con ello a nada material, sino sobre todo a las estafas emocionales.

- ¿Hasta que punto se puede llegar para cumplir las aspiraciones o metas?
Los límites los pone cada uno. Yo creo que si el objetivo es convertirse en lo que uno quiere ser, cualquier obstáculo es nimio.

- ¿Qué te produce que te rocen los pies cariñosamente?
Si uno siente algo especial hacia el propietario de esos pies y si ése es uno de los pocos contactos que se permiten, puede llegar a ser sublime.

- ¿Qué significado tiene libada para tí?
"Libar" es un verbo que me encanta, por su sonido suave y por ese significado de absorber suavemente alguna cosa. Pero además tiene esa connotación de sacrificio, de acto casi mágico, que hace de esa acción algo más allá de los meramente físico.

- ¿Alguien te ha dicho "No volveré hacerlo"? ¿Qué sentiste?
Sí, claro. Cuando alguien siente la suficiente confianza o dependencia como para decir eso es que le importas más de lo que quizás creías.

- Continúa la frase: Para encontrar a Tu otra mitad hay que... dejar de buscar y dejarse encontrar.

- ¿Has hechado en falta alguna pregunta? ¿Qué hubieras contestado?
Una vez más, estoy satisfecho con las preguntas, creo que son muy acertadas y esclarecedoras. Espero que mis respuestas hayan sido igual de certeras. Gracias, un abrazo.

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